La burla de las teorías de la conspiración en la prensa estadounidense y en los medios occidentales se basa en el argumento simplista de que la razón está del lado del gobierno y de la burocracia, y no al margen de la sociedad y la civilización. Los defensores contra la conspiración afirman ridículamente que los teóricos de la conspiración son presa de la paranoia y el pensamiento irracional sin explicar su razonamiento defectuoso propio.